Cuando comenzamos como colegio las merecidas vacaciones de invierno, en dónde esperamos que la disfruten en compañía de la familia y seres queridos, no podemos dejar pasar aspectos que han sido importante en esta primera etapa del año.

En una revisión general de nuestro quehacer institucional, el colegio ha continuado con la misión y visión de crecer en las vías del conocimiento transversal y de excelencia, en dónde cada acción que se lleva a cabo aporta en la formación de niños y niñas en jóvenes con un claro liderazgo social y fraterno.

Todas las acciones aportan a un colegio en crecimiento, con un fuerte sentido de la excelencia y la inclusión, en dónde cada uno (as) con sus sueños, proyectos y capacidades, son atendidos y guiados por sus docentes en el camino de crecimiento académico y espiritual.

Llegada de nuevas familias, una vida pastoral fuerte y con vida, actividades extracurriculares de formación, preparándonos para los encuentros sectoriales y de vida; todo esto y mucho más como parte de un proyecto marista concreto y con presencia reconocida en el país.

Pero también la vida nos pone a pruebas y este final de periodo fue complejo, con pena y preocupaciones, en donde la naturaleza nos hizo un fuerte llamado, con una huella de dolor a muchas de nuestras familias. Pero aún así, estamos con ellos (as) en este camino, destacando el inmenso valor de salir adelante a pesar de la adversidad, y del gran apoyo de la comunidad marista, sean estudiantes, funcionarios, apoderados y exalumnos (as), quienes con un gran corazón han estado presente en este difícil momento.

Por todo esto y mucho más, Gracias.

Somos Maristas ante todas las cosas. Somos una gran Familia

Que Dios, la Buena Madre y San Marcelino, nos sigan acompañando en todo.