En medio del clima pre-cordillerano se fueron desarrollando las diferentes actividades para realizar una convivencia social y una integración con el mundo natural.

La iniciativa estuvo a cargo del profesor Sergio Merlo, quien junto a su equipo de dirigentes, con el fin de crear entre los niños valores como: compañerismo, lealtad y respeto, en armonía con el medio ambiente, fueron desarrollando una serie de actividades que conjugan el desarrollo físico y mental de quienes participaron. Técnicas propias del montañismo como Tirolesa o cánopy, que consta del deslizamiento con una polea suspendida por cuerdas de un extremo a otro y rapel, que trata de un autodescenso del cerro ocupando una cuerda, fueron la tónica del paseo, donde niños entre 9 a 12 años tuvieron la oportunidad de intervenir bajo la asesoría de sus monitores. Algunos con más valentía, otros con algo de desconfianza, dejaron fluir sus distintas personalidades en medio de la entretención y la responsabilidad necesaria para involucrarse en una salida de grupo. Para concluir con las actividades, realizaron una caminata en equipo, hacia el río Claro así pudieron estar en contacto con el agua, aunque las ganas de bañarse quedaron guardadas para otra oportunidad.

El retorno se realizó en el atardecer para reencontrarse con sus familiares quienes les esperaban para escuchar de la aventura desarrollada junto a sus pares.