Han sido meses difíciles, de congestión y preocupación, en dónde las noticias y la situación mundial por esta pandemia no es de las mejores, pero aún así apelamos a la conciencia y al autocuidado, con el respeto estricto de las normas emanadas por la autoridad y al compromiso como familia marista a seguir orando a Dios, a la Buena Madre y a San Marcelino para que esta tempestad acabe pronto y la podamos soportar de la mejor manera.

Por tal motivo, y con la esperanza más viva que nunca, nuestro colegio y todos sus estamentos continúan cumpliendo con su labor – siempre con todas las medidas de precaución – para plasmar su misión de enseñar, acompañar, contener y hacer vida el carisma del Padre Champagnat : Educar y amar a nuestros niños (as) y jóvenes.

Sin duda que el trabajo no ha sido fácil. Aprender nuevas metodologías digitales desde 0, pasando vertiginosamente de una era analógica (en la cual nacimos) a otra digital (de la cual no somos nativos). Generando nuevas instancias de enseñanza de manera lúdica y efectiva. Comprendiendo aún más las necesidades de nuestros estudiantes y la de sus familias, para lo cual hemos ido caminado juntos en este proceso de manera humilde, fraterna y colaborativa.

Los docentes y colaboradoras desde Pre Kínder a 4° medio lo han dejado todo en la preparación, entusiasmo e innovación para entregar cada conocimiento a sus alumnos (as), con mucho amor, dedicación y perseverancia. El personal administrativo continua con la importante labor de información, apoyo y gestión institucional, siempre preservando por el uso evangélico de los recursos y atendiendo a las dificultades que la comunidad marista de San Fernando ha presentado por esta crisis. Los auxiliares han mostrado una enorme capacidad de trabajo y empatía, manteniendo, arreglando y preparando cada una de las instalaciones para un futuro retorno seguro. Por último, el Rector ha liderado esta misión y su Consejo Directivo coordinando todos los detalles para hacer más eficiente y eficaz todo el quehacer institucional.

Pero nada de esto sería posible sin al apoyo, la compresión y la unión de los estudiantes y sus familias, quienes han entendido el mensaje y la situación, con una clara voluntad de aportar, entender y colaborar, a pasar de todas las dificultades que se presentan día a día.

Estamos seguros que aún falta mucho. Que lo inconvenientes siempre estarán y que esta situación es totalmente incierta en relación a los tiempos y nuevos escenarios. Pero de lo que si estamos confiados y atentos, es el compromiso diario que todos (as) hacemos, desde nuestros diversos roles y responsabilidades, para no dejar de lado ningún detalle con tal de cumplir con el objetivo de educar, guiar, apoyar y escuchar.

Gracias a toda la familia marista del ISF por el apoyo, la empatía y comprensión, la cual ha sido fuerza inspiradora para levantarnos todas las mañanas para continuar con orgullo, pasión y entrega en esta hermosa labor educativa…..Gracias y que Dios los bendiga Siempre.

Somos Maristas, Somos Champagnat, Somos una Familia.