Emoción, nostalgia, alegría y recuerdos, fueron los sentimientos que nuestros alumnos vivieron en las dos últimas ceremonias.
La misa se realizo en el salón de nuestro colegio, el Padre Cristian Catalán en su predica; “señalo lo importante que es ser Marista ante la sociedad y todo lo que nosotros hagamos el día de mañana independiente a lo que sea, lo realicemos con Amor, con dedicación y con servicio a la comunidad, no olvidándonos nunca de los más necesitados, el llamado es a Servir y no a ser servido”.
Posteriormente nuestro Rector agradeció a todas las familias que eligieron nuestro establecimiento para educar a sus hijos, resalto lo importante que es para nosotros ir creciendo para mejorar la calidad de nuestra educación. De esta forma entrego una cruz artesanal, como símbolo de espiritualidad y de agradecimiento a las familias por creer en nosotros.
La licenciatura tuvo un tono distinto, los exalumnos la vivieron con mucha emotividad y con un sabor a nostalgia, sabiendo que desde hoy ya no pertenecen al alumnado, pero es muy importante recalcar que desde ahora el camino que emprenden es mucho más difícil y que requiere más dedicación. Lo importante es llevar el sello marista en el espíritu, los valores cristianos adquiridos en estos largos años explotarlos al máximo y poniéndolos en practica cuando estos se requieran.
El traspaso de la Luz, dio el término a esta ceremonia, donde dos niños de Prekinder comienzan un largo camino por nuestro colegio entregando la luz a quienes ya terminan un periodo. Les deseamos a nuestros exalumnos lo mejor, y que Marcelino los Bendiga en este largo recorrido.